«Foces del Infierno»

Hoy vamos a hablar de otra ruta, que por el nombre asusta, pero nunca más lejos de la realidad, algún día leí que toma el río este nombre, por que al llegar el otoño y al atravesar este un profundo hayedo, sus fondos y veredas se convertían de un rojizo que le daba un tono de lo que siempre nos han descrito como el del infierno. Me pareció romántico, me gustó y no indagué más así que me quedé con esa idea, sea cierta o no. Bellísima y tranquila ruta de senderismo de bosque asturiano. Perfecta para verano por lo sombrío de sus tramos, ideal para primavera por lo apabullante de su vegetación y preciosa en Otoño, cuando los colores inundan el recorrido con tonos ocres en una inmensa alfombra a nuestro paso. En invierno desluce algo puesto que los árboles, los grandes protagonistas de este paseo, están prácticamente sin hoja, aunque se gana en viveza del río Infierno, puesto que las lluvias o nieves de temporada hacen mucho mas dinámico su paso en un sinfín de pozas y pequeños saltos fácilmente accesibles.

Recomendaciones: Como siempre llevar agua y una vara que haga de apoyo adicional. En la bajada se agradece. No tener previsto ninguna torcedura de tobillo o lesión de ninguna clase, no hay cobertura móvil prácticamente desde que salimos de La Pesanca.

Tipo de Ruta: Sendero.
Itinerario: La Pesanca – Foces del Río Infierno -Foz de Muñacos.
Distancia: 13 Km aproximadamente, ida y vuelta.
Duración: 4 1/2 h
Dificultad: Media-fácil
Desnivel: 20%
En Bici: Sí

Cómo llegar: Para llegar a las Foces del Río Infierno viniendo desde Oviedo por la N-634 entramos en Infiesto y lo atravesamos hasta el final donde cogeremos la PI-4 a la derecha en dirección a Espinaredo y Riofabar y a unos 9 km una vez pasado Riofabar, seguiremos por una pista durante unos 3 km hasta llegar al Área recreativa de la Pesanca, una preciosa área situada a las orillas del río y punto de partida de nuestra ruta. Podemos dejar el coche en su amplio aparcamiento y, ya preparados, tomar el sendero que cruza el puente y punto de inicio de nuestra ruta de senderismo.

El camino es amplio y bastante llano durante prácticamente toda la ruta, salvo un pequeño tramo al final, con mayor desnivel y más pedregoso que el resto. Los robles y castaños que abundan por el camino y más adelante serán sustituidos por hayas y otros tipos de árboles del espeso bosque del Infierno. A partir de aquí sólo queda disfrutar del paisaje. Cruzaremos el río varias veces a lo largo del camino lo que nos dará la oportunidad de admirar la espectacularidad de sus pozas y cascadas. Poco a poco nos iremos alejando del cauce del río adentrándonos en un espeso bosque de hayas. Todo está tapizado de una espesa capa de verde musgo, los troncos de los árboles, las piedras… hasta parece que nos encontramos en algún planeta desconocido.infierno2Continuaremos nuestro paseo, siempre cuesta arriba, hasta alcanzar el murallón de la Foz de Moñacos en su parte inferior, donde el camino empieza a dar vueltas y revueltas algo más empinadas y que va a parar al gran tajo del desfiladero del arroyo Moñacos. Traspasado el corto tramo del desfiladero, de apenas 200 metros de longitud, nos asomamos al gran anfiteatro de Moñacos amparado al oriente por la sierra de Pandemules. Al frente, la ladera boscosa permite contemplar la Peña Los Tornos, el Cuetón de Les Travieses y el resto de las montañas que se encadenan por la sierra de La Frayada. Al llegar a este punto empezamos a divisar los primeros retazos de nieve que adornaban las laderas superiores de este bellísimo anfiteatro. La verdad, no hacía demasiado frío aunque el sol decidió desaparecer justo al llegar a esa zona. Ya solo nos queda admirar el paisaje y volver por donde hemos venido a no ser que queráis cruzar el arroyo Moñacos y seguir un poco más y finalizar el itinerario en la majada de Moñacos (1.050 m) tras recorrer unos 8,8 kilómetros en total. Si no sois tan aventureros nos queda un rato para llegar de nuevo hasta el área recreativa de la Pesanca, eso sí, esta vez todo cuesta abajo.infierno3

En definitiva, una ruta sin complicaciones pero preciosa en esta época, muy recomendable para una caminata agradable en familia o con amigos.

De la que estamos por ahí, también nos puede interesar al pasar por el pueblo de Espinaredo, sus más de 30 hórreos tradicionales, la mayoría de los cuales se encuentran en uso y con un buen estado de conservación, datándose su construcción entre los siglos XVII y XVIII. También podemos ver la iglesia de Santa María de Las Nieves del siglo XVIII con planta de cruz latina, cabecera con bóveda de medio cañón y pórtico lateral y, como no, su característico Tejo.