Las bicicletas son para el verano.

De nuevo vamos a hablar de algo tan importante para nuestros alojamientos como es el de los amantes de la bicicletas, que año tras año, vienen siendo una parte muy importante de nuestra ocupación; ésto es así, fundamentalmente, por ser unos privilegiados al vivir en una zona con una orografía como la nuestra, en segundo lugar la promoción y difusión que hace la Vuelta ciclista España, año tras año, de las etapas asturianas y en tercer y último lugar, un concejo como el de Pola Lena, que ha sabido aprovechar todo ésto, y desde hace varios años hace un importante esfuerzo promocionándose como Paraíso Ciclista, poniendo puntos de mantenimiento ciclista por distintos sitios del concejo, poniendo señalización y altimetrías a los principales lugares de interés ciclista, en fin que están haciendo las cosas muy bien y aprovechamos para hacer público nuestro agradecimiento.

Tal y como nos daba a entender, si analizamos la obra de teatro, a la que hemos copiado su titulo para nuestro post, de Fernando Fernán Gómez, Las bicicletas son para el verano, la bicicleta representa un juego, una diversión para pasar el rato con amigos en el verano; también puede ser considerado un símbolo de libertad y autonomía. El verano, por su parte, refleja una época de descanso, donde se puede hacer actividades al aire libre, como andar en bicicleta, y el momento ideal para juntarse con amigos. Pues bien ésto es más o menos lo que ha pasado: Un grupo de amigos, apasionados de las bicicletas que deciden venir a disfrutar de ellas a nuestra tierra, lo hacen con más de medio año de antelación y en un principio su intención era llegar en el mes de junio, el COVID impone su agenda y finalmente deciden retrasarlo para la tercera semana de septiembre, en previsión que la situación sanitaria haya mejorado, como finalmente así fue. Estos nueve ciclistas son veteranos amantes de la bici que tienen trilladas las carreteras de los Pirineos Franceses pues son oriundos del Pays basque français y quieren comparar si nuestros puertos están a la altura de los de su tierra, pero desgraciadamente, en todo este tiempo, uno de nuestros amigos sufre un accidente disfrutando de su hobby y las secuelas no le permiten acompañar al resto del grupo en su viaje a los puertos asturianos. Su viaje desde el sur de Francia hasta nuestro albergue es de cuatro horas y sin contratiempos. De los seis días que en los que vamos a disfrutar de su compañía, el primero se agota con el viaje, instalarse en el albergue y ponerse al día de todos los recursos de la zona, de los que va a poder disfrutar y de planificar alguna alternativa por si alguno de los días el tiempo no acompaña, cenar y pronto a descansar para madrugar y afrontar el primer reto.

Tras pasar la primera noche, a pesar de ser la hora del desayuno las ocho, a menos cuarto ya están entrando en el comedor. Por las previsiones meteorológicas, para días posteriores, poco halagüeñas, deciden lo que para la mayoría de los ciclistas va a ser la etapa fundamental de su visita a Asturias, la subida al Angliru y todo lo que ello conlleva.

Volverán impresionados, como la mayoría de los ciclistas despues de someterse a este reto, la dificultad impuesta por la dureza de muchos tramos de la subida, como dicen muchos: «ya estábamos cansados y sólo habíamos subido el Cordal«, las impresionantes vistas que a nadie deja indiferentes.

No estuvieron libres del incidente del día, nuestro amigo, el «Piloto» tubo la mala suerte de romper el tirante inferior de su bici y se tubo que quedar esperando a que sus compañeros volvieran a recogerlo con el coche al finalizar la etapa. La bici quedó «fuera de combate» y gracias al garaje que hay próximo a nuestro albergue, Bicicletas Castro, un gran profesional además de gran persona, que de forma desinteresada, le dejó una bici suya para que pudiese acompañar en las salidas a sus compañero el resto de la semana, desde aquí le damos un 10. En fin ese día les sirvió para saber el significado del Angliru, La Cueña les cabres, el Aviru y les Piedrusines y ya saben por qué es «El Olimpo del ciclismo».

La tarde la dedicarían al descanso y preparación de la etapa del día siguiente y eso si, pasarían por el centro comercial a cargar de todo lo necesario para disfrutar de una tarde entre amigos en el patio del albergue, algo que harían todas las tardes, alternándolo con risas, charlas, partidas a la rana y el aperitivo. Después la cena una sobremesa breve y a la cama pronto que al día siguiente volverían a batallar.

Comienza su tercer día y como el día anterior antes de las ocho ya han entrado a desayunar, lo hacen tranquilamente, ya van conociendo nuestros productos caseros y los va añadiendo a su dieta; preparan sus bicis y su equipo y a las nueve ya está poniéndose en ruta, hoy se van dirección a La Cubilla, bueno menos Robert que se decanta por una subida en solitario al Gamoniteiro.

Al finalizar la etapa de La Cubilla, la cara es de satisfacción, me dio la impresión que no les había sorprendido tanto como la etapa del día anterior, pero sí que habían disfrutado. La tarde dedicada al «descanso del guerrero», el aperitivo, las risas y después, bajo la batuta de «Le Professeur» la planificación de la etapa del día siguiente, eso sí las risas de todos los días, eran fruto del paseillo del amigo «Manolete» o como éste se metía con el amigo «Coronel» o con nuestro amigo el «Colombiano» , Manolete era el «le rigolo» del grupo.

La previsión meteorológica para su cuarto día era muy poco halagüeña, por lo que se decantan por una etapa corta y próxima al albergue, era una cima que no conocían pero que les recomendé por cercanía y por que funciona muy bien, se subió en el 2010 en la vuelta ciclista España como única vez y no es otra que Coto Bello , el Alto de Chechu Rubiera.

El día al final no pintaba tan mal como habían pronosticado y en el descenso de Coto Bello alargan la etapa y suben hasta San Isidro, convirtiéndose al final en una etapa más larga que la de días anteriores. La tarde como de costumbre para reponer fuerzas, intercambiar opiniones, a mí me sirve para enterarme de la rivalidad que existe entre los habitantes de Bayonne y Biarritz, a excepción de uno de ellos, que también tiene apodo, pero que no voy a ponerlo, pues me dijeron que no le gustaba, que es de Biarritz, el resto eran de Bayonne y aquí en todo el momento se vivió en paz y armonía.

El quinto día la previsión no era buena pero como los meteorólogos con sus previsiones para Asturias, fallan más que una escopeta de feria, van a prescindir de sus previsiones y se van a ir a subir el alto que este año tan de moda se ha puesto ya que es la primera vez que la Vuelta Ciclista a España lo ha subido y que no es otro que El Gamoniteiro. Desayunan muy temprano como de costumbre, preparan bicis y equipo y a las nueve se ponen en ruta, hoy Robert repite etapa y sube el Gamoniteiro por segunda vez.

En la foto Robert sale riéndose, pero tubo un accidente importante y eso que era el único que ya conocía la etapa y el estado de la carretera, pues la subida está en obras, metiendo la fibra óptica y clavó la rueda en una zanja recién hormigonada y se fue de cabeza, menos mal que los vascos son tipos duros y casi rompe la carretera y él sólo sufrió magulladuras que no necesitó más que un poco de agua oxigenada y betadine. Éste es otro día que si las nubes lo permiten se puede disfrutar de una de las mejores vistas del Aramo.

fue una ruta que vi que les había gustado mucho, vamos que no deja indiferente, esta etapa a mí me sirvió para descubrir lo difícil que resulta pronunciar la palabra Gamoniteiro a un francés, y a Le Professeur para aclararle la duda que le acompañaba y que no era otra que por que el Gamoniteiro se escribía terminado en «U» , algo que dio pie a hablar del bable, de la oficialidad, las otras lenguas de nuestras regiones y por que salía Ujo en los mapas y no Uxo como pone a la entrada del pueblo. La tarde como siempre de asueto, acompañado de camaradería, el aperitivo y preparando la etapa de despedida, ellos tenían pensado repetir San Isidro, ¿pero por qué repetir con la cantidad de alternativas que existen en nuestra zona?

El último día comienza con la madrugada de costumbre y el desayuno para cargar las pilas y comenzar con la ruta diseñada para ese día que finalmente se habían decidido por la circular de subir La Collaona y pasar a la cuenca del Nalón, subir el Alto de La Mozqueta y subir hasta La Colladiella y finalmente bajar todo el Valle de Turón para regresar al albergue; son 90 km para disfrutar de bonitos trayectos y tres altos menos exigentes que los de días anteriores pero bonitos para disfrutar de la bicicleta.

La tarde como de costumbre, para disfrutar de los amigos, compartir nachos y cervezas y devolver la bici que les había prestado, al amigo de Bicicletas Castro, les resultaba increíble pensar que un negocio sin conocerles de nada les hubiera prestado una bicicleta todos estos días de forma desinteresada, la pobre esta última etapa la costó finalizarla, se les averió en Serrapio y en Ciaño pero finalmente aguantó como una campeona. La cena de esa noche deciden no hacerla en el albergue les apetecía salir a tomar unas sidras en un sitio típico de la zona, les reservo en el Llagar La Viña, Eduardo este año tiene una sidra excelente, sus raciones y el ser un chigre de los de toda la vida, su comida y atención nunca falla. Yo les acompaño esta noche a cenar y disfrutamos de un rato muy agradable, disfrutaron de la sidra, de la forma esa tan rara que tienen de servir la sidra en Asturias,les llamó mucho la atención ver lo bien que nos escanció el amigo Jose la sidra, los escalopines al cabrales, el cachopo, los chipirones rellenos de jamón; en fin un bonito broche a unos días que creo que disfrutaron un montón. La mañana ya sólo da tiempo para desayunar hacer las maletas cargar las bicis y disfrutar de las cuatro horas de camino que separan sus casas de la que desde ahora será su casa en Asturias. Nosotros guardaremos durante mucho tiempo las buenas sensaciones que dejaron estos amigos en su paso por el albergue.

Éste grupo nos sirvió para disfrutar de la compañía de toda esta buena gente, sentirnos afortunados al volver a reconocer que vivimos en un lugar que puede que sea el mejor del país para disfrutar de la bicicleta y poner el broche final a un verano en el que fuimos muy exigentes con nosotros mismos y nos autoimpusimos un protocolo sanitario muy exigente que nos obligó a sacrificar más del 50% de nuestra capacidad, pero que la mayoría de nuestros alberguistas nos supieron valorar.

2 comentarios sobre “Las bicicletas son para el verano.

  1. Merci beaucoup Prudencio Ton résumé de notre séjour est vraiment parfait
    Nous garderons un très bon souvenir de votre accueil et des Asturies
    Et peut-être rendez- vous pour un prochain séjour

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