Los ciclistas siempre han representado un porcentaje importante, de los alberguístas que llegan a nuestras instalaciones; eso es fundamentalmente gracias a la proximidad de nuestro albergue a las míticas cumbres que a lo largo de la Vuelta Ciclista a España han dado días tan gloriosos a este deporte y que hace que miles de aficionados intenten emular a sus ídolos o que se impongan el reto de realizar esas mismas etapas. Sería injusto no reconocer la gran labor de promoción que desde hace años el ayuntamiento de Lena hace del «Paraíso Ciclista», ya podría aprender algo el ayuntamiento de Mieres en lo que a promoción turística se refiere, pero que vamos a esperar de un ayuntamiento, que cierra por vacaciones su única oficina turística, en el mes de agosto, pero bueno ese es otro tema del que ya rajaré más adelante, pues no es la única aberración que este ayuntamiento comete contra el sector turístico.
En esta entrada voy a hablar de un grupo de apasionados de las bicis llegados desde Sevilla, son corredores del Club Ciclista el Viso, pues es de su compañía de la que hemos disfrutado más recientemente y que amablemente nos han dejado utilizar sus fotografías. Llegan al albergue varios de sus corredores: unos master 30, otros master 40 y también había master 50 y 60: De entre ellos voy a hacer mención especial de Antonio Garcia, master 60, que fue medalla de oro en las Paraolimpiadas de Atenas del 2004, un ejemplo de pundonor, que marchó cabreado por no haber traído un desarrollo adecuado para subir al tan respetado Angliru, pero que seguro que pronto volveremos a tenerle rodando por nuestras carreteras para quitarse esa espinita y para disfrutar del Puerto San Lorenzo y de la Farrapona, que les quedaron pendientes. En los días que nos acompañaron hicieron un desnivel positivo superior a los 12.000 metros y un porrón de kilometros. Sólo necesitaron las furgonetas, para la Etapa de El Fito-Lagos de Covadonga-El Fito, el resto de los días era desayunar subir en sus bicicletas a la puerta del albergue y ponerse a disfrutar. De esta manera fueron varias etapas; el primer día eligieron una etapa muy dura, que unido al calor que hizo ese día les dejó un poco machacados para los siguientes días, ese día desayunan temprano y se dirigen hacia Pola de Lena donde iniciaran la ascensión a la Cobertoria para continuar la subida al Gamoniteiro.
Otra de las etapas elegidas fue Bustiello-Puerto de la Cubilla-Bustiello, a esta etapa la seguiría otra bonita etapa la de los Valles Mineros, salen de Bustiello y se dirigen hacia Cabañaquinta donde toman dirección a la Collaona y en cuyo descenso les llevará hasta Pola Laviana, para ellos este tramo fue el más bello de todos los que hicieron, luego fueron dirección Langreo para coger el ascenso a La Colladiella puerta de entrada al Valle de Turón y llegar a Bustiello cerrando una muy bonita etapa y minera donde las haya.
Al día siguiente, después de muchos kilómetros de bici, por primera vez van a usar las furgonetas, para desplazarse al mirador del Fito por su vertiente norte, esta etapa la inician en Gobiendes, suben al mirador del Fito y bajan dirección Arriondas para iniciar a continuación el ascenso a los Lagos de Covadonga; les quedaría desandar el camino, para volver a subir El Fito y finalizar en Gobiendes; decir que en temporada alta con la mafia que se ha creado para que una empresa se lucre subiendo turistas y masificando más que nunca los Lagos de Covadonga, es un peligro intentar subir a los Lagos en bici, autobuses subiendo y bajando continuamente, hace que el ciclista en lugar de ir sufriendo pero disfrutando de su pasión, vayan con el sentimiento de que en cualquier momento, el siguiente autobús de esta empresa para los que parece que no existen las limitaciones, les vaya a arrollar, es una verdadera pena.
El día antes del que tenían fijado para subir al todo poderoso Angliru, se marcan una etapa «tranquila» de la que no esperaban demasiado y resulta que fue una de las que más satisfacciones les produjo, salieron de albergue dirección al Puerto de San Isidro disfrutando del magnifico valle de Aller y a su regreso en el Escuyu se desvían para ascender otra mítica subida, la de Coto Bello, etapa reina en la Vuelta del 2011 y que hoy lleva el nombre de uno de los ciclistas asturianos más grandes de todos los tiempos, el Alto de Chechu Rubiera, luego bajarían para terminar la etapa a la puerta del albergue.
Por fin llega el día, este día al desayuno, tempranito, hay más silencio del habitual, es fruto del respeto que impone el Angliru, van a tener suerte pues refresca un poquito, se ponen los cortavientos, sabiendo que antes de llegar al alto del Cordal, les va a sobrar todo, se montan en sus bicis e inician la etapa, hoy es Bustiello-El Cordal- El Angliru, barajan, si la vuelta hacerla por el mismo recorrido, al final así lo hicieron, o la alternativa de al descender, en Vega de Riosa, tirar dirección Morcín para llegar luego a Mieres evitando la subida de nuevo al alto del Cordal.
A su regreso sus caras eran totalmente diferentes a las de la mañana, era esa cara de satisfacción que produce cuando se supera un reto, me llama la cara de emoción cuando al «Taxista» con sus 68 tacos cumplidos y montando una Pinarello como nadie, le pregunto que que sintió al llegar arriba, y con cara de emoción no fue capaz de pronunciar palabra, pero cu cara lo dijo todo, me encanto. Era momento de ver fotos, de reírse del que intentó subir en bici eléctrica y la quemó, de lo dura que es la recta de la Cueña les Cabres o de como empezó a perder aire por la válvula a 400 metros de la cima y tuvo que parar y pensó que le iba a ser imposible volver a arrancar. Ver esas caras de satisfacción no tienen precio.
Todas esta aventuras fueron, en parte, gracias la lo mucho y bien que Dulce desde la cocina les cuidó, ya es sabido que nuestra cocina es uno de los pilares para que el albergue funcione bien y tenga la popularidad que tiene. Cuando no corrían en bici compartían su tiempo con familias con niños desde Almería, pasando por Francia e Inglaterra hasta terminar en Estados Unidos, también con ciclistas-moteros del país trasalpino. Y es que aun que los ritmos sean totalmente diferentes la compatibilidad en el día a día del albergue, entre familias, deportistas y turistas, es de un 100%. De la carreras de Iker, huyendo de la Barbi Rubia, no voy a contar nada, eso queda para nosotros. Pero Carlos, plantéese ganarse la vida así, que vale un montón.
Un fuerte abrazo desde aquí para los campeones del Club Ciclista el Viso.